We Have Decided Not to Die

Primero coloque su mano a la altura de su cara. Asegúrese de que la palma y todas sus líneas premonitorias estén ahí, frente a sus ojos. Va usted muy bien. Ahora, es necesario recordar el nombre de todos los dedos de la mano, no será sencillo, pues esta nomenclatura la aprendió por ahí de los siete...

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Detalles Bibliográficos
Autor principal: Olivier Abarca Vindas, Samantha
Formato: Online
Lenguaje:spa
Publicado: Facultad de Arquitectura, Universidad Nacional Autónoma de México 2018
Acceso en línea:https://www.revistas.unam.mx/index.php/bitacora/article/view/64840
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Descripción
Sumario:Primero coloque su mano a la altura de su cara. Asegúrese de que la palma y todas sus líneas premonitorias estén ahí, frente a sus ojos. Va usted muy bien. Ahora, es necesario recordar el nombre de todos los dedos de la mano, no será sencillo, pues esta nomenclatura la aprendió por ahí de los siete años de edad y no se usa muy a menudo, pero es indispensable recordarla para esta dinámica. Ok. Sin perder de vista su palma abierta, vaya llevando los dedos hacia el centro de la misma en el específico orden que se le indica: primero el meñique. Ahora el anular. Ya casi. Ahora el índice. Y por último, el pulgar. Ahí lo tiene: el corazón erguido, orgulloso, contundente, inconfundible. Está usted ante un concepto universal e inequívoco que, materializado en arquitectura, es la portada del primer número de la revista española Archienemy.